¡Navidad con mi hermanastra!

Esta era una de las mejores navidades que había experimentado jamás.No por los regalos, ni por la comida, sino por lo ocurrido entre mí y mi hermanastra.Todo comenzó cuando estábamos a solas en la casa, sólo nosotros dos.Ella tenía 18 años, una preciosa chica joven con un cuerpo imposible de resistir.Siempre me había atraído ella, pero nunca supe acercarme a ella.Pero en ese fatídico día, decidí aprovechar la oportunidad.La besé, y para mi sorpresa, ella me devolvió el beso.Era como si nada más en el mundo existiera en ese momento.Pasamos el resto del día en cada uno de los brazos, explorando nuestros cuerpos y descubriendo nuevos placeres.Esa Navidad, me di cuenta de que a veces, los mejores regalos vienen de adentro.Y acababa de recibir el más grande de todos.